jueves, 24 de abril de 2008

Unas 300 personas secundan los actos de la plataforma por las bibliotecas

x Covadonga Murias (El Comercio)

Una veintena de representantes del ámbito de la cultura participan en un foro con intervenciones y lecturas El escritor Paco Abril resalta en la apertura que los libros se consideran peligrosos «aun en democracia»


En la puerta del hotel España, un anciano pregunta: «Mozo, ¿vas al acto por la cultura?» Y agarrándose al hombro de un joven, entra en el salón. Allí se reunieron ayer cerca de 300 personas, entre anónimos y conocidos, para apoyar los actos de la plataforma por la defensa de la red de bibliotecas de Oviedo que se desarrollaron aprovechando el Día del Libro.El foro, presentado por el escrito Paco Abril y organizado por el Grupo Municipal Socialista y la Asociación de Ciudadanos por la Izquierda (ASCIZ), contó con la participación de una veintena de representantes del ámbito de la cultura, que realizaron pequeñas intervenciones y lecturas. El objetivo era apoyar a los 12 bibliotecarios a quienes el Consistorio no renovará el contrato a finales del mes.




La peligrosidad del trabajo del bibliotecario fue el punto principal de la lectura de Abril. «Deberían llevar casco», afirmaba momentos antes de leer su aportación, en la que subrayó que los elementos más inflamables que existen «son los libros y los lectores». Por ello, «la censura de las bibliotecas es la primera medida de todas las dictaduras», añadió. Aunque a los participantes les unía el compromiso con la promoción de la cultura, el acto no pudo ser más variado. Un inmigrante senegalés, Madú, quiso realizar su particular homenaje a una de las bibliotecaria, «vamos a llamarla Sofía», en cuya biblioteca afirmó haberse sentido «como en casa; y he podido borrar la soledad y la tristeza», afirmó.Mientras se desarrollaba el foro, varios niños jugaban y pintaban entre las sillas ajenos a que la mayor parte de las intervenciones tenían referencias a ellos. En ese sentido, la poetisa asturiana Vanesa Gutiérrez, afirmó que las bibliotecas y los ateneos obreros son espacios donde la mayor parte de los asturianos se ha criado. «Si en ellos no se promueve la cultura, no sé cómo pretenden hacerlo», señaló.

También el presidente de la Asociación de Escritores de Asturias, Rubén Darío, quiso aprovechar el acto para manifestar el apoyo de este colectivo a cualquier iniciativa, «ya sea por el recorte de las bibliotecas o en cualquier otro ámbito cultural», señaló. La intervención de Carmen Prieto, en representación de los bibliotecarios afectados, fue una de las más tajantes. Resaltó que esta situación se produce en Oviedo cuando Asturias muestra el índice de comprensión de lectura más bajo de España. «Con 480.000 usuarios, este cierre hace que la ciudad no sea ni tan heroica, ni tan invicta, ni tan noble», criticó, desatando la ovación del público.

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