x Victor G. Calleja (La Voz de Asturias)
Si es cierto que la ciudad despertó con la movilización contra las tres torres proyectadas para la parcela de la antigua estación de El Vasco, las popularmente conocidas como "las trillizas", Diego Díaz formó parte de los que menearon al Oviedo dormido. Este joven licenciado en Historia es miembro del Foro de Urbanismo Crítico, organización que nació hace poco más de un año para luchar contra la especulación urbanística de los terrenos de la fabrica de armas de La Vega.
-- Por qué cree que el alcalde, Gabino de Lorenzo, tira las trillizas?
-- Las paraliza en un contexto de elecciones, en las que se presenta como candidato por el Partido Popular (PP). Ve que hay que frenar cualquier cosa que pueda dañar su imagen pública. Además, empieza a percibir un cierto cansancio de la ciudadanía ovetense y ve que surgen movimientos de protesta por el urbanismo que se ha hecho en Oviedo. El alcalde decide parar las torres para desactivar un movimiento embrionario que le puede dar problemas.
-- Qué habría que hacer en esa parcela?
-- Tenemos que abrir un debate ciudadano para crear un espacio con buena parte de servicios públicos. En esta historia partimos de un error. El exalcalde Antonio Masip decidió tirar la antigua estación de El Vasco. Si se hubiera mantenido, tendríamos allí un verdadero edificio emblemático y no una horterada de Santiago Calatrava.
-- Entonces, cuál era el problema de las torres?
-- Eran un atentado total contra el casco antiguo. Pero además, se trataba de regalar suelo público para uso privado y enriquecimiento de unas pocas familias. Y hay otra tercera cuestión. Frente a lo que han dicho algunos arquitectos palmeros de la política urbanística de Oviedo, los rascacielos nunca son una alternativa de arquitectura sostenible, porque consumen una cantidad desmesurada de energía.
-- Y las torres que proyecta Patxi Mangado en San Lázaro?
-- Para mí es lo mismo aunque la última palabra la tendrán los vecinos. Pero sigue siendo un error regalar suelo público para construir vivienda, porque Oviedo no tiene esa necesidad. En la ciudad hay 20.000 pisos vacíos. El crecimiento del sector inmobiliario es superior al demográfico, por lo que se construyen viviendas sólo para los especuladores.
-- En qué medida se debe tener en cuenta la opinión de los vecinos para hacer ciudad?
-- La ciudad pertenece a los vecinos, al menos en un sistema democrático. El problema es que las instituciones han intentado mantener a la ciudad alejada de las decisiones urbanísticas. El Foro de Urbanismo Crítico nace con la idea de que los ciudadanos intervengamos en los debates y fiscalicemos lo que hacen los políticos.
-- Ahora se decía que la ciudad ha despertado. Es decir, que estaba dormida.
-- Clarín ya decía que "la heroica ciudad dormía la siesta". Mientras Oviedo dormía, múltiples pícaros y trileros se han dedicado a vaciarle los bolsillos y hacer un modelo de ciudad que no interesa a la gente, sino a los intereses privados.
-- Cuáles serían las principales amenazas?
-- Creo que son cuatro. La parcela del Vasco, los terrenos de la fábrica de armas de La Vega --un conjunto histórico sin comparación en España--, la fábrica de gas y el espacio que quedará libre en El Cristo con el traslado del hospital. En los próximos meses, los buitres de la especulación se lanzarán sobre esos terrenos. Y también están muy descuidados los espacios rurales de la ciudad. Oviedo necesita un verdadero cinturón verde. El diálogo entre la ciudad y el campo se está perdiendo por políticas agresivas en mateia urbanística.
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